Imagináos decirle a un niño de 7 años, que vive en el norte de la sierra de Córdoba donde siempre le han contado historias de lobos como si fueran el mismísimo diablo, que va a trabajar con ellos, con los lobos. Que les va a tocar y les va a querer...
Imagináos que el cuidador de los lobos, Pepe España, os dice que nunca ha trabajado con niños y lobos, que los lobos de Cañada Real no están acostumbrados a rodajes y que no sabe cómo van a reaccionar ante el niño...
Al principio barajamos varias opciones: hacer sólo planos y contraplanos, de manera que nunca estuvieran juntos los lobos con Manolillo, pero restaba credibilidad. Otra opción era utilizar un doble adulto de pequeña complexión, tampoco funcionó.
Acertamos en el momento en que aplicamos la lógica de que cuando tratas bien a los animales no pasa nada. Los lobos con los que trabajamos nunca nos vieron como un peligro y en todo momento respondieron a lo que les pedimos.
Otra cosa era convencer a Manolillo de que estuviera tranquilo, pero la verdad es que a partir del primer día de rodaje con el lobezno ya se relajó. El niño fue el primer sorprendido, de hecho nos contaba su familia que no paraba de hablar del lobito y estaba deseando llegar al rodaje para volver a estar con él.
A partir de ahí todo fue como la seda...no hay más que ver la foto que encabeza esta publicación.
Aprovecho para contaros cómo encontramos a Manuel, después de un casting de más de 200 niños. SON DE PRODUCCIÓN realizó la convocatoria. Buscábamos niños de entre 7 y 10 años, que fueran del norte de Córdoba (por el acento característico), con rasgos propios de la zona, que fueran desenvueltos y con ciertas dotes interpretativas. Manolillo vio el anuncio en su colegio y se lo dijo a su tía.
Cuando vi su grabación me di cuenta de lo bien que daba en pantalla pero por lo demás no me llamó especialmente la atención. Fue cuando le vi en persona y cómo interactuaba con otros niños, cuando me di cuenta de que era el niño que buscábamos: era el menos tímido, el más hablador. Su desparpajo nos conquistó y en rodaje no ha dejado de sorprendernos.
Así que la relación que ha tenido con los lobos ha sido otra alegría más que nos hemos llevado con Manolillo. Consiguiendo además algo muy importante: intentar romper ese mito de que el lobo es un animal asesino.
