HASTA SIEMPRE CARDEÑA, HOLA ALMODÓVAR DEL RÍO

Acabamos la semana en Cardeña con dos jornadas de rodaje nocturno. Aunque empezó lloviendo, al final el viernes el tiempo nos dio una tregua y tuvimos una noche estupenda que nos dejó meter niebla, globos de helio para simular luna llena y además hacía frío, lo que permitió un buen trabajo con los lobos. El escenario, os podéis imaginar, ponía los pelos de punta. Ver a los lobos entre la niebla, impresionaba y desde lejos, con los globos de helio parecía que iba a aterrizar un OVNI. Así pasó, que vimos escondidos entre las ramas a algunos vecinos de Azuel, aunque nada comparado con el año pasado que montamos el mismo escenario y los vecinos atascaron el camino hacia el Oreganal para ver qué estaba pasando.


El sábado Lucas, que nos ha estado cuidando durante 8 semanas y nos ha dado de comer de lujo, nos despidió con una barbacoa en la finca de su hermano Antonio. Lucas, amigo, te vamos a echar mucho de menos.

Y así hemos terminado en Cardeña que ya es mi segunda casa. Ahí quedan muchos amigos, un pueblo entero que ha acogido a estos “raros” del cine con toda su generosidad, a pesar de haber roto su ritmo tranquilo y haber convertido su plaza principal en la plaza de los móviles: allí nos reuníamos para hablar por teléfono moviéndonos de una esquina a otra de la plaza. Muchísimas gracias a todos. Yo, por mi parte, cuando vaya a Córdoba ya no tomaré el camino de Despeñaperros, ahora iré por el Valle de Alcudia para parar en el restaurante de Lucas.

Ahora estamos a 100 kilómetros de Cardeña, en Almodóvar del Río, en la ribera del Guadalquivir. Nuestras próximas jornadas transcurrirán en el interior de una cueva, por fin el tiempo va a dejar de preocuparnos, porque siguen dando lluvia. En próximos días os cuento.